miércoles, 1 de julio de 2009

Una noche en el museo 2

Como me reí, me dolía el estómago de tanto hacerlo y, lo mejor de todo, ¡mis vecinos se reían de mi y no de la película!. Aclaro que lo que más gracia me hacía era la forma de hablar del personaje de Hank Azaria (quien me parece un excelentísimo actor), que es un egipcio sipi sapo (de los que hablan como Martita Sahagún); claro que de ésto no se dan cuenta quienes sólo leen los subtítulos (lo cuál era lo que hacían mis vecinos) y, por lo mismo, en ocasiones sólo reíamos mi compañero cinéfilo y yo, mientras los demás no entendían qué era lo gracioso.

Debo confesar que no he visto la primera parte. Ben Stiller no es alguien que yo vea en un reparto y diga "esa tengo que verla", es más, procuro evitarlas hasta verlas en televisión, pero mi amigo me convenció porque él ya vió la primera parte y le gustó. Y debo agradecérselo, porque me la pasé muy bien.

Los efectos especiales son bastante buenos aunque les fallan dos que tres cositas, sin embargo, toda la película está llena de cosas hechas por computadora así que es lo de menos.

Hay muchos detalles chistosos, el problema que vi es que algunos son al mismo tiempo y ésto hace que a veces los pierdas. En ésto sí les falló el timing pues deberían apreciarse todos los chistoretes, así lograría ser aún más graciosa.

Es una super producción y creo que vale la pena ver los efectos especiales en pantalla de cine; tiene un muy buen reparto y si te gustó la primera seguramente te gustará la segunda (aunque me dicen que la primera es mejor).

Le pongo 3 palomitas.

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