Me parece que esta película confirma lo que tanto he leído sobre que los organizadores de los Óscares quieren llamar la atención de un público más joven.
En definitiva no es el tipo de película al que estamos acostumbrados en dicha premiación pero, ojo, no estoy diciendo que sea mala. Es una de esas películas de sobrevivencia pero realizada con algunos elementos mucho más artísticos que una película comercial cualquiera. Estos elementos, claro, muy al estilo de su director Danny Boyle, que la verdad sí me impactaron. Por ejemplo, en un ambiente hostil para el protagonista se muestra la belleza de los paisajes y contrasta con la situación que estamos viendo, o escenas llenas de color y al mismo tiempo llenas de tristeza.
Casi todo el peso de la película recae en su protagonista, a quien vemos sólo durante la mayoría de la historia. En esta especie de monólogo cinematográfico James Franco nos muestra que es capaz de actuar realmente bien, lleno de matices y cambios que sorprenden.
Le pongo: