No hay nada nuevo bajo el sol si perteneces a la generación de la original Karate Kid.
Ambas me gustaron. Me entretuvieron y, con ésta en particular, era lo que buscaba al entrar a la sala de cine. Ninguna de las dos es una obra de arte pero ambas son lindas y entretenidas. Si no piensas así de la original, no vayas a ver ésta.
Hubiera sido mucho mejor verla en su idioma original. El doblaje es malísimo y, a eso súmale, el volumen bajo... ¡zaz! Me quedaba pensando un rato ¿qué dijo? y es que el doblaje de Jackie Chan no tuvo abuela. Litelalmente lo doblalon como al chinito del chiste que pide ¡alo flito! Así ¡¿cómo lemonios no se va a complical la licción?!
El mismo doblaje me llevó a confundirme varias veces y a que la actuación no tuviera que ver con lo que dijeron.
La premisa es la misma; en general las historias son iguales, pero en particular tienen sus diferencias. La que más llamó mi atención fue que hacen mucho énfasis en que, como se desarrolla en China, lo que le enseñan es Kung Fu y no Karate ¡¿?! ¿Entonces? ¿por qué se llama Karate Kid? Me queda claro que se llama así por la historia pero entonces ¿para qué hacen tanto hincapié en que no es Karate? En fin, podríamos darle vueltas al asunto y clavarnos en un círculo vicioso.
Los movimientos no son tan marcados como en la original y eso tampoco me gustó mucho. Lo que sí me gustó es el niño. Es una ternura de escuincle y, me late que, de grande, va a ser tan o más galán que su padre Will Smith.
En fin, podría pasar mucho tiempo escribiendo las diferencias; las similitudes; lo que me gustó y lo que no me gustó de cada una, pero ésto ya se volvería un manifiesto exageradamente largo.
Le pongo: