¡Wow, que bonita película! Me tocó alguna fibra muy, pero muy, muy sensible en el corazón porque lloré y lloré como pocas veces; al grado que tuve que pedirle a mi acompañante que no se levantara de su asiento hasta que me pudiera tranquilizar y, ya afuera del cine, tuve que volver a pararme para tomar un aire y no soltarme llorando otra vez.
Sé que no a todos les pasará igual, pero de que es conmovedora, lo es. Creo que no vi a nadie que saliera sin los ojos cristalinos de que se aventaron dos o tres lágrimas.
De verdad pienso que es una película que no debes perderte por nada del mundo y, de paso, le damos un poquito de apoyo al cine nacional.
Es muy sencilla, sin grandes pretensiones pero, repito, súper conmovedora y bien hecha.
Jorge Lavat nunca me pareció un buen actor, pero aquí se lució. Los chavos que lo acompañan tampoco lo hicieron nada mal y ver a José Carlos Ruíz siempre es, para mí, un agasajo.
La historia se lleva a cabo en Guanajuato, por lo que los paisajes son hermosos y la fotografía los hace destacar. El sonido es bueno, cosa rara en una película mexicana.
Sin duda alguna le pongo 5 palomitas.
Sé que no a todos les pasará igual, pero de que es conmovedora, lo es. Creo que no vi a nadie que saliera sin los ojos cristalinos de que se aventaron dos o tres lágrimas.
De verdad pienso que es una película que no debes perderte por nada del mundo y, de paso, le damos un poquito de apoyo al cine nacional.
Es muy sencilla, sin grandes pretensiones pero, repito, súper conmovedora y bien hecha.
Jorge Lavat nunca me pareció un buen actor, pero aquí se lució. Los chavos que lo acompañan tampoco lo hicieron nada mal y ver a José Carlos Ruíz siempre es, para mí, un agasajo.
La historia se lleva a cabo en Guanajuato, por lo que los paisajes son hermosos y la fotografía los hace destacar. El sonido es bueno, cosa rara en una película mexicana.
Sin duda alguna le pongo 5 palomitas.
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