domingo, 28 de junio de 2009

Una cita inverosímil


Hace unos días una amiga escribió en su blog un post sobre frases inverosímiles. Estoy guardando unas que me han dicho para que publique ella misma la segunda parte porque puedo asegurar que a raíz de su escrito le llegarán más historias para complementar las que ya contó.

Haciendo memoria de las frases recordé una cita inverosímil que, desde el día que leí su blog, me dieron ganas de contarles.

Hace unos seis años me contactó un chavo peruano por Internet. Hablé por teléfono con él dos que tres veces y siempre me pareció muy sensato en todo lo que me decía. Un día me invitó a salir y yo acepté. Me llamó un domingo en la tarde (¿domingo? que raro día para una cita, pero está bien. No tengo nada que hacer y aun es temprano, así que no le veo mayor problema, pensé). Pasó por mi puntual (buen punto). Cuando estuvo enfrente del edificio donde vivo me llamó para que bajara. Un Honda Accord color plata en buen estado (buen punto) estaba estacionado frente a mi casa. Me acerqué y pensé que se bajaría del carro para saludarme y abrirme la puerta, pero abrió por dentro (mmm, mal punto, pero... estamos sobre un eje vial, es probable que por eso no se haya bajado). Me subo al carro y tenía en el espacio para vasos ¡una lata de Tequila Mix! (tal vez sea de ayer, aunque basura es basura, mal punto).

Peruano: - ¿A dónde vamos?
Isabel: - No sé, como es domingo hay muchas cosas cerradas.
P: - Ok, vamos a Samborns. Hay uno aquí cerca, y tiene bar.
I: - Ok (¡A Samborns!, mal punto).

Tomamos camino para el Samborns y entonces... agarró la lata de Tequila Mix y le tomó, después... ¡me ofreció un trago!.

I: Este... no gracias (tarado).

Llegamos al Saborns. Ahora si se bajó y me abrió la puerta. La verdad es que con el shock de que me ofreció de su drink no me fijé en él. Entramos al bar y cuando me senté fue cuando pude concentrarme en su aspecto. Moreno y bajito, bastante feíto. Pero ahí no acaba la cosa, ¡nooooooooo!. Recuerdo tan bien como si hubiera sido ayer su atuendo, porque cuando me senté lo vi de abajo para arriba. Zapatos café, calcetín vino, pantalón de lona color hueso de pinzas, cinturón negro, playera negra y encima una camisa azul obscuro, desfajada, simulando mezclilla y en la mano llevaba una chamarra de parches de gamuza de diferentes tonalidades de gris con el cuello y la cintura tejidos (¡me lleva el carajo!).

Cuando llegó la mesera para tomar la orden:

P: - Traiganos un tequila doble para cada uno.
I: (¡¿Qué?!, ¡yo no quiero tequila!) - No, no, a mi tráigame un Vodka (si puede traer un somnífero, mejor) tonic.
P: Ok, eso y un tequila.

Terminandonos la copa (que me tomé cual si fuera agua) nos dice la mesera que ya van a cerrar (¡bendito sea Dios!, ¡ya que me lleve a mi casa!).

P: - Uy, no más hemos estado 20 minutos juntos.
I: (¿Tan poco?, ¡me lleva...!)
P: - Vámos al cine, ¿te parece bien?
I: - Si, vamos al cine (¡así se pasa el tiempo rápido, por más aburrida que esté la pelí, será mejor que platicar con este c... ¡Y el cine está cerca de mi casa!)

Nos subimos a su carro y toma camino para ir al cine, pero el camino no era para el cine que estaba cerca.

I: - Oye, el cine queda para el otro lado (estúpido)
P: - Es que vamos al Cinemark de Churubusco.
I: - ¡¿Por qué hasta allá?!
P: - Porque está cerca de mi casa y si no hay ninguna película que te lata en el cine podremos ir a mi casa a que escojas la que quieras porque tengo una colección muy grande.
I: (Ah, que ca... me resultaste) - No, hay varias que se me antojan. (Yolanda vive cerca de Cinemark, así que puedo correr a su casa si es necesario).
P: Ok.

Llegamos a Cinemark y se apresuró a comprar los boletos. Es más, ni me volteó a ver cuando los compró, ni preguntó, ni nada.

P: - Sólo había boletos para esta peli, que no se ve muy buena.
I: - ¡Qué bien! ¡Esa es la que más se me antojaba! (¡no tengo ni p... idea de cual es!)
P: - ¿En serio? Es de karatekas.
I. - Sí, ¡en serio!, me encantan las películas de karate (si son de Jackie Chan y esta no lo es buaaaa).

Entramos a la sala y, como era de esperarse, no había casi gente. Adelante de nosotros había una familia como de seis integrantes y más adelante una pareja de novios.

P: - Si te aburres me dices para ir a mi casa.
I: - Sí (¡como no!).

Comienza la proyección (¡ahora me la tengo que chutar completita!). Afortunadamente no estuvo tan pior, me entretuvo (cualquier cosa me hubiera entretenido en ese momento). Los primeros veinte minutos me estuvo preguntando si me estaba gustando la película que tan amablemente escogió para mí. Luego, se dio por vencido y me dejó verla sin volver a cruzar palabra conmigo.

Justo al momento en que empezaron los créditos del final, comenzó a oírse, por tooooda la sala de cine un extraño ruido, algo así como jgrjgrjgrjgr, o como pondrían en las caricaturas zzzzzzzz; la familia de adelante volteó hacia donde estábamos y la pareja hasta se paró para identificar de dónde venía semejante sonido. ¡El güey estaba roncando! (que ...che pena, carajo). En seguida me levanté (ahora es cuando pa fugarme), pero el fulano se despertó.

P: - ¿Quieres ir a cenar algo?
I: (¡Ni muerta!) - No, gracias. Es domingo y ya es tarde. Mañana hay que trabajar.
P: Ok, entonces te llevo a tu casa.
I: ¿Sabes? Aquí hay un sitio de taxis y puedo tomar uno. Tu ya estas cerca de tu casa.
P: No, ¿como crees?, faltaba más. Claro que no lo voy a permitir. Soy un caballero. (¡Si como no!)

Nos subimos a su carro, le tomó al Tequila Mix un trago y me volvió a ofrecer. Si hubiera traído otra lata, una nueva para mí, me cae que me la hubiera tomado a ver si así se me olvidaba lo que estaba pasando.

Tomó Calzada de Tlalpan y venía echo un cafre (seguro que también quiere terminar ya con esta pesadilla). Cambiaba de carril como loco y en una de esas le calcula mal y le pega con el retrovisor del lado derecho a una camioneta de mudanzas; el espejo salió volando y él ni se paró, sólo tuvo a bien mentarle la madre al de la mudanza que no tenía la culpa. Por un buen rato estuve oyendo su floridísimo vocabulario.

Llegué a mi casa, sana y salva, y cuando me bajo, sin esperar a que me abriera la puerta, me dice:

P: - ¡La pasé increíble! Espero que pronto se repita. (¡No me chin...!) [Lo peor fue ¡que su tono de voz era sincero!]
I: - ¡Adiós! (Salúdame a nunca vuelvas).

Afortunadamente el fulano se regresó a Perú. (¡Espero que no haya guardado mi teléfono por si un día regresa!)

domingo, 21 de junio de 2009

Hoy tengo que decirte...


Había una vez una niña de seis años que vivía en un castillo en donde todo parecía para ella felicidad y armonía. El castillo era perfecto pues tenía una barrera que no permitía que pasara ningún mal a él por lo que se sentía totalmente a salvo.

Un día, a principios de junio, recibió una revista de su muñeca favorita donde se comentaba que tres semanas después se festejaba el día del padre y daban consejos para hacerle una linda celebración íntima. Así que ella puso manos a la obra y, con su compañera de juegos de toda la vida y la complicidad de su mamá, comenzó a organizar un festivalito que consistía en una canción que estaba de moda en aquellos años, dedicada al padre, con una coreografía inventada por ella (ésto lo agregó la niña a la celebración pues no era una idea que viniera en su revista), una botana de paté en forma de balón de fútbol americano (al cual no le veía mucho caso pues a su padre no le gustaba el fútbol y sin embargo su mamá la convenció de que sería un lindo gesto pues estaría hecho con sus manos y todo el amor del mundo), agua de jamaica y un pequeño pastelito armado con panes de una panadería pero adornado por ella. En resumen, un sencillo pero amoroso festejo.

Todas las tardes, a escondidas de su padre, se escabullía y escondía para ensayar la coreografía de la canción y un día antes del esperado acontecimiento formó el balón de paté, preparó el agua de jamaica y adornó los panes siguiendo las instrucciones de su revista.

El tan esperado día llegó pero papá no estaba en casa. Había salido muy temprano y no sabía a qué hora regresaría. ¡Ella estaba ansiosa por presentarle su regalo! y, como el paso del tiempo para los niños es muy relativo, preguntaba a su madre a cada momento si faltaba mucho para que él llegara. Su madre parecía no saber tampoco a qué hora regresaría, pero trataba de conservar la calma y hacer que la niña tampoco se impacientara diciéndole que no debía tardar pues ya casi era la hora de la comida. De pronto papá llegó pero parecía algo apurado. Mamá fue a ver que pasaba y a avisarle que la niña le tenía una sorpresa y que se la daría en el pequeño patio del castillo. Cuando llegaron al lugar la niña le indicó a su padre dónde colocarse para que viera la coreografía que le había puesto a la linda canción. Los nervios la invadieron. ¡Qué emoción! ya podía darle la sorpresa que preparó con tanto amor y dedicación para su padre.

Comenzó la música y las niñas empezaron el show. El padre las miraba pero parecía no estar prestando atención. Algo le apuraba, parecía tener prisa y estar desesperado por algo, la niña no entendía muy bien qué sucedía pero pensó que conforme viera sus sorpresas y oyera la letra de la canción se tranquilizaría y todo saldría a pedir de boca, ¿de qué otra manera podían salir las cosas en un lugar tan seguro? De pronto un viento huracanado entró. Sin saber cómo, ni cuándo o por qué, el mal había logrado derribar la barrera que protegía el castillo. El malévolo monstruo de la ira acompañaba al viento y poseyó sin previo aviso al padre quién perdió el control y se levantó de su lugar con tal rapidez y tan abruptamente que la silla cayó haciendo un estrepitoso ruido, tomó de los brazos a la niña y le gritó mientras la sacudía: "No tengo tiempo para estas tonterías. El día del padre es sólo mercadotecnia para sacarle dinero a la gente y vender porquerías". Después se dio la media vuelta y se fue del castillo dando un fuerte azotón a la puerta. La niña lloró y lloró preguntándose en lo más profundo de su ser ¿qué había hecho mal?, ¿qué diablos era la mercadotécnia?, ¿vender porquerías? ¡pero si yo no le compré nada! Sintió miedo, desolación, culpa, vergüenza, todos aquellos malos sentimientos que no conocía se apoderaron de ella. La niña no pudo resistir tantas emociones y enfermó de tal manera que día a día moría un poco.

Más tarde las cosas parecerían estar más tranquilas en el castillo, sin embargo, el daño estaba hecho. La ira, la culpa, el miedo, la soledad y todos sus malignos acompañantes ya habían dejado huella en "su fortaleza". Jamás volvería a hablarse del incidente, al menos no con el poseído, y una terrible maldición cayó sobre la niña:

Cada año, el mismo día, la niña reviviría y sería visitada por la culpa, el miedo o la vergüenza.

Y la maldición se cumplió. Año con año al llegar la fecha indicada la niña revive. Aún no puede oír la canción sin sentir una terrible melancolía. Siente culpa si no felicita al padre. Sufre vergüenza al ver que los demás disfrutan con sus padres ese día y ella no. Tiene miedo de recibir algún desplante. Y si lo felicita se siente hipócrita agasajándolo sin experimentar felicidad.

La mujer en que se convirtió la pequeña ha hecho todos los conjuros que ha podido para evitar que la chiquilla reviva, pero sigue sin lograrlo. La niña tiene sólo un día al año para tratar de vencer esta terrible maldición pero cada año está aún más cansada que el anterior y lo único que quiere ya es descansar en paz.

martes, 16 de junio de 2009

Star Trek


Pues si. Debo confesar que soy medio "trekkie". Crecí viendo las repeticiones de la serie original de Viaje a las estrellas y me encantaba ver las aventuras del Capitán Kirk y su tripulación (el señor Spok, el doctor McCoy, Scott, Sulu, Uhura y Chekov). También vi la mayoría de las películas que hicieron con esta misma tripulación.

Luego hicieron las series Star Trek: Next Generation, Star Trek: Voyager, Star Trek: Deep Space Nine, Enterprise, en fin. No todas las vi, ni me se los nombres de todos los personajes o las razas de todos los que salen ahí como un buen trekkie, por eso digo que sólo soy medio.

El chiste es que ver nuevamente a la tripulación original me en-can-. Con otros actores pero los personajes son los mismos y eso pudo más que cualquier otra cosa. Además, están tan bien escogidos que me olvidé que eran diferentes.

Me parece que la historia la manejaron muy bien para abrir todo un nuevo universo de cosas que pueden suceder y así quitarse de encima la presión de los super fans para quejarse de que así no era el asunto y bla, bla, bla. Además, esto hace que cualquier persona pueda verla y conocer una nueva historia sin necesidad de averiguar quién es Kirk, Spok o cualquiera de ellos. Aquí te los van presentando poco a poco, con sus nuevos rostros y nuevas anécdotas. Tan han abierto esa posibilidad que ¡ya están preparando la nueva peli para el 2011!.

Además de ver a los personajes con los que crecí, me gustó como narraron la historia, como abrieron un universo paralelo para contarnos nuevas aventuras y los efectos especiales que están sensacionalmente bien hechos. El tiempo se me pasó volando y sucedieron muchas cosas en la historia. Respetaron bastantes detalles de la serie, el más divertido para mí fue el momento en que dos personajes importantes de la tripulación deben abandonar la nave para hacer un trabajo en el exterior y los acompaña uno más, que quién sabe de dónde sale. En ese momento sabes quién regresará a la nave... y quién no, jajaja

Lo que tampoco pudo faltar de la serie original fue el choro: "El espacio, la frontera final. Estos son los viajes de la nave espacial Enterprise. Su continua misión: explorar extraños nuevos mundos, buscar nuevas formas de vida y nuevas civilizaciones, viajando temerariamente a donde nadie ha llegado jamás".

En actuaciones definitivamente quien me robó el corazón es el actor que hace el personaje ruso Pavel Chekov (Anton Yelchin), cada vez que hablaba ¡no podía aguantar la risa porque lo hace muy bien!. Y es que como lo he visto en una gran cantidad de series televisivas sé que él no habla así cotidianamente aunque sí es ruso.

Van dos veces que la veo y voy por la tercera, jajaja

De los blockbusters de verano. Yo le pongo 5 palomitas a esta super producción.

jueves, 11 de junio de 2009

Wolverine


¡Por fin acabó la espera!

Desde que me enteré que la estrenaban el 30 de abril estuve esperando la fecha, luego vino la Influenza, la contingencia, los cines cerrados; cuando los re abrieron me encuentro con el cambio de día para su estreno en México, después el trabajo, el nuevo depa, etc., etc., el chiste es que no había podido ir a verla.

¡Hoy por fin lo logré! y valió la pena la espera. En verdad que me gustó muchísimo la película. Muy bien llevada ¡a pesar de todas las cosas que cuentan!. Los efectos especiales son maravillosos, la historia muy bien estructurada, ver a Hugh Jackman ¡en cueros! (wow), las actuaciones buenas, los actores muy buenos (jajaja), en fin, todo me encantó. Las escenas de acción están tan bien logradas que no pierdes el hilo, sabes bien quién le pegó a quién, así que a pesar de todo el movimiento no te pierdes nada.

Algo que me gustó mucho de la peli es que por fin entendí lo que muchas veces me dijeron acerca de uno de los personajes que sale. Hace algunos años pasaban la caricatura de los X-Men, la cual no me perdía. Ahí salía Gambito, pero lo pintaban como un chamaco caguengue que usaba su poder en sacar chispitas con una baraja. Siempre dije que me caía mal y uno de mis mejores amigos me dijo que ese mono estaba mal porque Gambito tenía un gran poder. Como yo nunca lo vi seguía siendo más X que los Hombres X. Hoy su imagen a sido restaurada POR COMPLETO ante mis ojos.

Hay momentos en que el guión incluye algunos chistes que me hicieron reír, pero más me hizo reír mi acompañante (es de esos que en cuanto comienza la acción él ordena: "¡Mátenlos a todos!" y, además, se sabe los nombres de los personajes en castellano, osea, como los conocen en España y me ataca de risa que Wolverine, un ser que te pintan tosco, se llame ¡lobezno!.; y ni les cuento los nombres de los demás, porque entre que se sabe algunos e inventó otros... ; pero creo que cuando más me reí fue cuando, al mismo tiempo los dos, mencionamos el déjà vu que tuvimos, porque hay una escena que parecía sacada de Superman, la de Cristopher ReeveDC y Marvel juntos!]), Me reí tanto que hasta olvidé mi drama personal (han cancelado las membresías en Cinemex, ¡ya no podré ir cuando se me antoje, aunque no tenga dinero!).

Será que me encantan los cómics, pero definitivamente yo le pongo ¡5 palomitas!

domingo, 7 de junio de 2009

Slava's snowshow


Ésta es la segunda vez que veo el espectáculo de payasos Slava's snowshow. ¡No saben como lo disfruto! y seguro que si vuelve a venir... ¡yo vuelvo a ir!

Ampliamente recomendable de verdad. Aunque es un show con ocho payasos, la verdad es que esta hecho para adultos. Slava (el creador del espectáculo) ha puesto varios números en el Cirque du Solei, asi que si has visto el Circo del Sol y te ha gustado, éste seguro te va a encantar.

Para ambientar las historias que cuentan utilizan recursos como iluminación, efectos de sonido, agua, burbujas de jabón, aire, muchísimo papel, pero lo que, a mi en lo personal, más me gusta es el momento en que por TODO el teatro pasan una telaraña (de esas sintéticas que se ponen muy de moda en Halloween).

Seis de los ocho payasos interactúan con el público y es super divertido. Hay un intermedio en el que la mayoría de la gente se sale. Si vas, no lo hagas. Ese es justo el momento en que la cosa se pone interactiva.

De verdad, de los mejores shows que he visto en mi vida. Sales satisfecho y super relajado de tanto reír. ¡No dejes que se vaya sin que lo hayas visto! Es corta temporada.